viernes, 26 de febrero de 2010

Algo de Parra

El otro día en una entrevista con el ministro de relaciones exteriores, el buen ponderado señor Fernandez, en radio Cooperativa; re-planteo la posiblidad activa de postular al señor antipoeta ( no creador en sí ) para los premios nobel, premio que se viene persiguiendo hace unos cuantos años atrás junto al genio de Gonzalo Rojas; dentro de esas postulaciones sacadas del mejor cuento dramatico para obtener algún premio, recorde cuando Tomas recito al muy buen estilo ajuga ante más de 40 personas la Vibora de Nicanor en la cordillera , esa que lo hizo irse (dentro de poemas y antipoemas) a la cuspide y los top-ten de los poetas mundiales. Revisando dentro de los listados de los buenos poemas nos encontramos con éste, no por su esplendor morfosintactico ni linguistico, sino que por la capacidad de capturar la relaidad de los poetas romanticos, esos que viven y luchan por un amor ido, cercano u olvidado; y podria decirse que hasta en cierta forma presente, uno de mis favoritos para despedir este febrero, extrañado, ensoñado y soñado.


Durante largos años estuve condenado a adorar a una mujer despreciable
Sacrificarme por ella, sufrir humillaciones y burlas sin cuento,
Trabajar día y noche para alimentarla y vestirla,
Llevar a cabo algunos delitos, cometer algunas faltas,
A la luz de la luna realizar pequeños robos,
Falsificaciones de documentos comprometedores,
So pena de caer en descrédito ante sus ojos fascinantes.
En horas de comprensión solíamos concurrir a los parques
Y retratarnos juntos manejando una lancha a motor,
O nos íbamos a un café danzante
Donde nos entregábamos a un baile desenfrenado
Que se prolongaba hasta altas horas de la madrugada.
Largos años viví prisionero del encanto de aquella mujer
Que solía presentarse a mi oficina completamente desnuda
Ejecutando las contorsiones más difíciles de imaginar
Con el propósito de incorporar mi pobre alma a su órbita
Y, sobre todo, para extorsionarme hasta el último centavo.
Me prohibía estrictamente que me relacionase con mi familia.
Mis amigos eran separados de mí mediante libelos infamantes
Que la víbora hacía publicar en un diario de su propiedad.
Apasionada hasta el delirio no me daba un instante de tregua,
Exigiéndome perentoriamente que besara su boca
Y que contestase sin dilación sus necias preguntas,
Varias de ellas referentes a la eternidad y a la vida futura
Temas que producían en mí un lamentable estado de ánimo,
Zumbidos de oídos, entrecortadas náuseas, desvanecimientos prematuros
Que ella sabía aprovechar con ese espíritu práctico que la caracterizaba
Para vestirse rápidamente sin pérdida de tiempo
Y abandonar mi departamento dejándome con un palmo de narices.
Esta situación se prolongó por más de cinco años.
Por temporadas vivíamos juntos en una pieza redonda
Que pagábamos a medias en un barrio de lujo cerca del cementerio.
(Algunas noches hubimos de interrumpir nuestra luna de miel
Para hacer frente a las ratas que se colaban por la ventana).

Llevaba la víbora un minucioso libro de cuentas
En el que anotaba hasta el más mínimo centavo que yo le pedía en préstamo;
No me permitía usar el cepillo de dientes que yo mismo le había regalado
Y me acusaba de haber arruinado su juventud:
Lanzando llamas por los ojos me emplazaba a comparecer ante el juez
Y pagarle dentro de un plazo prudente parte de la deuda,
Pues ella necesitaba ese dinero para continuar sus estudios
Entonces hube de salir a la calle a vivir de la caridad pública,
Dormir en los bancos de las plazas,
Donde fui encontrado muchas veces moribundo por la policía
Entre las primeras hojas del otoño.
Felizmente aquel estado de cosas no pasó más adelante,
Porque cierta vez en que yo me encontraba en una plaza también
Posando frente a una cámara fotográfica
Unas deliciosas manos femeninas me vendaron de pronto la vista
Mientras una voz amada para mí me preguntaba quién soy yo.
Tú eres mi amor, respondí con serenidad.
¡Ángel mío, dijo ella nerviosamente,
Permite que me siente en tus rodillas una vez más!
Entonces pude percatarme de que ella se presentaba ahora provista de un pequeño taparrabos.
Fue un encuentro memorable, aunque lleno de notas discordantes:
Me he comprado una parcela, no lejos del matadero, exclamó,
Allí pienso construir una especie de pirámide.
En la que podamos pasar los últimos días de nuestra vida.
Ya he terminado mis estudios, me he recibido de abogado,
Dispongo de buen capital;
Dediquémonos a un negocio productivo, los dos, amor mío, agregó
Lejos del mundo construyamos nuestro nido.
Basta de sandeces, repliqué, tus planes me inspiran desconfianza,
Piensa que de un momento a otro mi verdadera mujer
Puede dejarnos a todos en la miseria más espantosa.
Mis hijos han crecido ya, el tiempo ha transcurrido,
Me siento profundamente agotado, déjame reposar un instante,
Tráeme un poco de agua, mujer,
Consígueme algo de comer en alguna parte,
Estoy muerto de hambre,
No puedo trabajar más para ti,
Todo ha terminado entre nosotros.


La vibora / Nicanor Parra


domingo, 14 de febrero de 2010

Un día

... de estos podriamos despertarnos y robarle un libro a don Manuel, ese del Kiosko que tiene una fotografia de el cuando niño del año 30´y que solamente compra libros usados-originales, al paso de un tiempo podriamos entregarselo y criticar el libro, pero no en su Kiosko ... tendria que ser en algún bar; recordando como él se robaba libros de la libreria en la esquina de su barrio, y con cierto interés sobrenatural no lo entregaba ... se los dejaba ; por que no hay nada mejor que leer algo y guardarlo como hueso santo, asi en un lugarcito de la pieza; para que el amigo ( ese que te pide libros mensuales ) no te lo vea, y si te lo ve; ojalá lo tenga ... por que pasaria ser un suicidio colectivo y deleitoso. Y si, puede ser, como saben algún día todos comenzamos a robar libros y entregarlos una semana después ... y si en una de esas comenzamos a dejar libros tirados en las plazas, micros, calles, pastos, kioskos,bares ... seria hermoso llegar a un lugar y leer por ejemplo a Benedetti comprando el diario los dias Martes, y cuando hicieras el tramite torrentoso, ese del día lunes que te deja perplejo, encontrar en el banco un libro de Rimbaud, es más si fueramos a comprar al supermercado seria peculiar ver en un carro un poemario de Rokha, ojearlo y que éste nos acompañara hacer las compras del dia sabado ... algún día renaceran más temprano que tarde por que como bien decía Parra más bellas son las flores que estan por nacer, no las que ya nacieron.



lunes, 8 de febrero de 2010

Ese Bolaño

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[ ...] Soñé que era un detective latinoamericano muy viejo. Vivía en NuevaYork y Mark Twain me contrataba para salvarle la vida a alguien que no tenía rostro. Va a ser un caso condenadamente difícil, señor Twain, le decía.


Blanes / 1994




No conocia a Roberto hasta el 2003 donde, una tal Caro Zuñiga se equivoco de nombre y personaje; creo que en ese momento, cuando falleció afortunada o lamentablemente, se comenzo hablar de Bolaño con interés, por suerte, sino capaz que aún después de fallecido haya estado en las esferas del anonimato Chileno, expuesto solamente a los circulos literarios cercanos. El primer libro que compre fue putas asesinas no por concepto de critica sino que por el contrario concepto de tincada, y regalo a la vez; sabia que existian muchos escritores Chilenos sumergidos en algo que se puede denominar como el lado oculto de la literatura, ya sea por que la critica los catapulta como lo hicieron con Bolaño en su momento o sencillamente no se conocen por un asunto mediatico y mercantilista, entre ellos se pueden nombrar poetas y escritores como : Donoso, Brunet o Lemebel, por nombrar algunos; sin embargo me tocó la suerte prospera y lo compré. Los primeros cuentos fueron mágicos no por el hecho de que los estuviera leyendo ya que fue una ejercicio práctico y romantico el que hize con Sabrina, nos ibamos a la plaza de Devoto y consumiamos cuentos, ensayos y literatura; entre ellas a Bolaño en putas asesinas. 2 años después luego de quedar expuesto a una fiebre ansiosa por las letras malditas, adquiri los Detectives Salvajes, fue complicado ya que la edición original estaba agotada y si estaba, la encotraba por casi 30 dolares y más ... en fin heche a correr los dados y lo compre en un periodo de tiempo finito de 3 meses ( lógicamente pirata, en una edición que me impresiono por el precio ) ; lo acabe hace unos dias y quede drogado, quizás es el efecto liberador de las primeras novelas autorescas, cuando inicias con un autor un romance que puede continuar o que puede terminar en cualquier momento ( lease a Llosa ) . Llevo 2, admito que soy un novato a la erudición que tendran otros de mi corriente, pero muchas veces los numeros de libros no dan cuenta de la capacidad para conocer a un autor, lo mismo pasa con el cine, no hay que ver todas las peliculas del mundo sino que solamente las necesarias. Así comenze la travesia por latinoamerica esa de Bolaño, esa del mundo; ya que hay escritores que plasman realidades configuradas a su cultura, costumbres y experiencias, encontramos por ejemplo a un cortazar en todos los fuegos el fuego donde se plasma una literatura latinoamericana escrita en Europa, paso con Bolaño, pero los laberintos donde se mueve la metrica del sustantivo, del adjetivo; es sumamente diferente. Concuerdo en un capitulo del libro de Volpi, que sugiero que lean ( el insomnio de Bolivar, 2009 ) en donde planteaba la premisa que los escritores de los booms jugaban con escribir novelas de su realidad próxima, bolaño hacia todo lo contrario, éste jugaba a ser Mexicano, Urugayo, Parisino, Bonaerense y lo hacia tan bien que demostraba el caracter fugitivo de la identidad. Se vio y leyo en los detectives, en instancias pareciera que la estructura narrativa de éste estaba sacada del mejor guión de la nouvelle vogue, laberintos sin salida de historias, personajes, ciudades; todo confluye muy rapido y lento a los ojos del lector ebrio, en donde un libro de 609 paginas pasan como una pelicula de Godard. conectando he interconectando personajes veridicos, ficticios, representativos de la vida metaforica y real de Roberto, Ese Arturo Belano que viajaba del D.F a Paris y a la vez pasaba intrepidamente por Israel, saltaba de un brinco cualtitativo a putas asesinas y lo calcinaba en un cuentro intrepido, ese Belano que existio un día en la vida de Bolaño como el amigo que le entregaba los libros mojados, situación que aquejaba a ambos, por un lado a Roberto por que se preguntaba como mojaba los libros siendo que casi nunca llueve en D.F o en Madrid o en donde sea, y a Belano del porque siempre le preguntaba por que me entregas los libros mojados, la respuesta era facil, Belano leia en la ducha, la droga lo consumio por completo, esa droga que algún día esperemos que consuma a todos ... ese Bolaño aún es adictivo, y lo seguira siendo.



[...] Soñé que una tarde golpeaban la puerta de mi casa. Estaba nevando. Yo no tenía estufa ni dinero. Creo que hasta la luz me iban a cortar. ¿Y quién estaba al otro lado de la puerta? Enrique Lihn con una botella de vino, un paquete de comida y un cheque de la Universidad Desconocida.