jueves, 24 de julio de 2008

La otra Mirada




Por que me parece tan cercano y tan lejano las calles, los cielos, la gente, mi gente , mi persona ?
será por que soy un extranjero que habita y transita por calles indomitas, que a la vez calcula mis pasos, mi respiros, mis pensamientos ?; como agradeezco de tener y poder transitar en pasillos que para mi aún no son predecibles, intuitivos, monotonos. Me siento como aquel peregrino que buscaba algo de suerte en tierras lejanas pero que sabe que la suerte no existe y tiene presente que su suerte la encontro ya hace 6 meses atrás. Su suerte lo guia y la pasa a buscar de vez en cuando a las 18:00 Pm o a las 17:00 Pm. Es un bien universal contar con esa suerte si alguién no la tiene o permite que el universo lo ayude a encontrarla sera infeliz para toda la vida. La ciudad de la furia me parecia lejana hace unos años atras, ahora es mi 2° hogar por no decir el primero; todo funciona cuando estas con tu complemento ( dicen ) pero yo lo corroboro con creces; el pase de mi ciudad limitada, con los mismos laberintos de siempre, con la gente pensando y hablando de lo mismo, me limita, me aburre, pero me llena por que es ahí donde me encuentro con el mundo, donde sueño, proyecto y concreto. Mi ciudad es una hormiga comparado con las luces de neon que llenan mis pupilas y mente; sin embargo las dos tienen el mismo contenido por el cual me motivo y aprecio; una donde nace mis sueños y la otra donde lo concreto. Es así, desde la otra mirada de la vida ...

sábado, 5 de julio de 2008

El libro



Reina Reyes quería que Felisberto Hernández pudiera dedicarse a escribir sus cuentos prodigiosos y a tocar el piano. La literatura le daba pocos lectores y plata ninguna, y la música no era, que digamos, un gran negocio : Felisberto viajaba por el interior del Uruguay y el litoral de la Argentina, ofreciendo conciertos , y terminaba siempre escapándose del hotel por la ventana.
Reina era profesora, trabajaba mucho para ganarse la vida. Mientras vivió con ella, Felisberto no escucho nunca hablar de dinero .
El primer dia de cada mes , Reina le regalaba un libro , de algunos narradores o poetas que a él le gustaban. Dentro del libro, estaba la libertad que lo salvaba del infierno de las oficinas, o de cualquier otro tormento laboral de esos que roban las horas y gastan la vida. Cada pocas paginas, bien planchadito, habia un billete .

Galeano Eduardo