sábado, 5 de julio de 2008

El libro



Reina Reyes quería que Felisberto Hernández pudiera dedicarse a escribir sus cuentos prodigiosos y a tocar el piano. La literatura le daba pocos lectores y plata ninguna, y la música no era, que digamos, un gran negocio : Felisberto viajaba por el interior del Uruguay y el litoral de la Argentina, ofreciendo conciertos , y terminaba siempre escapándose del hotel por la ventana.
Reina era profesora, trabajaba mucho para ganarse la vida. Mientras vivió con ella, Felisberto no escucho nunca hablar de dinero .
El primer dia de cada mes , Reina le regalaba un libro , de algunos narradores o poetas que a él le gustaban. Dentro del libro, estaba la libertad que lo salvaba del infierno de las oficinas, o de cualquier otro tormento laboral de esos que roban las horas y gastan la vida. Cada pocas paginas, bien planchadito, habia un billete .

Galeano Eduardo

1 comentario:

Soledad Di Pasquale dijo...

Los libros son pequeñas almas. Tienen vida propia (y muerte propia también) Las palabras que dice Luis García Montero en el poema que transcribí en mi blog... lo hacen notar.

Gracias por pasar por mi humilde morada...
Tiene las puertas abiertas siempre.
prometo pasar conf recuencia por este cálido sitio. :)


Salú!

Solita